De dos
Cuando soy sábana sensual y tú el caballo impetuoso,
jadea la poesía desnuda del hombre hambre.
Prohibido,
loco…
Dedo de chocolate,
gime la curva tu jardín mojado.
Luego ando.
Cuando soy sábana sensual y tú el caballo impetuoso,
jadea la poesía desnuda del hombre hambre.
Prohibido,
loco…
Dedo de chocolate,
gime la curva tu jardín mojado.
Luego ando.
Con los años creemos que perdemos reflejos pero un día atrapamos un vaso al vuelo y el mundo se detiene.
Todo va tan rápido que cuando nos miramos al espejo ya no estamos.
Así él la quiso mirar con prisa y se detuvo a amarla con la brevedad de un suspiro. Cerraron los ojos y llegó su hija.
Con amor, el horizonte parece reposar como una siesta tranquila de verano, pero antes de la primera sombra llega el crudo invierno.
Sucede que no hablamos cuando debemos. Las palabras de él, llegaron cuando ella ya doblaba la esquina y todo era puro llanto.
Dos o tres calles más allá.
Dudaba aún en dar el primer paso, la podía sentir tan cercana como el universo, y tan lejana como su último beso.
Comprender la vida es entender el puzzle de oportunidades perdidas, debemos entregarnos sin condiciones al instante justo que vivimos.
Llueve salado y, de un vaso roto, sólo se cuentan los pedazos.